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5. Caja de Ahorros Postal de Viena  Otto Wagner

La sede de la Caja de Ahorros Postal real e imperial de Viena fue construida por Otto Wagner entre 1903-1906.  Este fue un arquitecto, innovador e influyente en el centro de Europa durante el siglo 20, planteó varias ideas acerca de la arquitectura moderna y las combinó con las ideas del siglo 19.  Junto a estas, implementó nuevas técnicas y materiales a la estructura en su interior y exterior.  Wagner logró crear en su estructura una transición entre el siglo 19 al siglo 20 dando como resultado un edificio monumental y bien reconocido.

Wagner era un arquitecto de 50 años muy respetado, pero a pesar de su posición en la sociedad muchos vieneses lo vieron como un traidor al convertirse a los principios de la arquitectura moderna luego de haberse encontrado con la maquinaria moderna al construido el tren subterráneo de Viena en 1894.  Años más tarde, le encargan a Wagner el diseño de la Caja de Ahorros Postal real e imperial de Viena en donde él probó sus nuevas teorías luego de su conversión a la arquitectura moderna y ser criticado. Más adelante se explicará el envolvente del edificio que permitió a crear un estilo estéticamente limpio, aunque se distanció de los grandes principios de la arquitectura moderna de principios del siglo 20, que decían que los edificios deben ser sinceros y que debe exhibir claramente sus materiales y estructura.  También se aleja en cuanto a la tipología de la sala y adopta lo que se denomina una planta basilical porque es la forma tradicional de las basílicas cristianas, que, desde mediados del siglo 19, los ingenieros utilizan esta planta para construir fábricas, salas de exposición o estaciones de ferrocarril.  Como parte de las ideas de la época, Wagner aplicó la funcionalidad de los techos de cristal como a toda arquitectura bancaria, la cual, desde mediados del siglo 19, grandes bancos europeos atienden a sus clientes en grandes vestíbulos protegidos por vidrieras o patios cubiertos.

Los dos años de construcción del banco marcaron un récord por el gran avance que hicieron al construir un monumento tan grande.  Según las normas de la época, el edificio debió haber tenido proporciones monumentales con una fachada en piedra o mármol; Sin embargo, Wagner se inventó una solución moderna para levantar las fachadas del banco en el menor tiempo posible.  Utilizó paredes de ladrillo los cuales eran rápidos y costo efectivos y luego los cubrió con planchas de mármol o granito del tamaño de una pulgada.  Las mismas estaban decoradas con clavos de hierro con cabeza de aluminio visibles que le dieron vida a la superficie de la fachada sin alejarse de la apariencia limpia.  Pasando al interior del edificio, el techo de la sala, este es una gran vidriera en forma de arco que aparenta estar sostenida por pilares de hierro los cuales le dan un perfil industrial.  El tope de los pilares pasa a través del vidrio y reaparece al otro lado, pero estos pilares no sostienen el techo curvado, sino que un segundo techo acristalado que se encuentra en el segundo nivel cuya función es proteger y aislar. 

Dichas técnicas aplicadas en el exterior y en el interior de la estructura y al otorgarle una función a cada detalle del edificio, se proveyó la apariencia monumental de la época, pero con gran ahorro de tiempo y dinero.   Por esta razón, Wagner tiene la fama de construir edificios sólidos rápida y económicamente y que fueran fáciles de mantener.  Se convirtió en una de las figuras principales y más seguidas del vanguardismo vienense sin dejar ir completamente su afición por el Imperio Austrohúngaro.  Al combinar esta afición, conocimientos previos del siglo 19 y los principios de la arquitectura moderna desarrolló proyectos únicos y bien reconocidos hasta el día de hoy.      

Gabriela I. De Jesús Navia

Historia de la Arquitectura IIIh

ARQU 4213 - 003

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